Siempre me he preguntado lo siguiente: siempre sabemos que un año termina el día 31 de Diciembre a las veintitrés horas, con cincuenta y nueve minutos y cincuenta y nueve segundos, y que el día siguiente será un día común y corriente (un año diferente, sí, pero un día como cualquier otro), así que teniendo en cuenta eso me pregunto, ¿por qué preparar una celebración que siempre es diferente de la anterior, si de todas maneras el primero de enero del nuevo año es un día como los otros?
Bien, creo que todo esto debe tener algún respaldo socio-comercial, al igual que lo tiene el día de Navidad, y con esto del respaldo socio-comercial me refiero a que esta época perdió su sentido desde hace mucho tiempo y ahora solo es un época donde las tiendas elevan sus precios en pro de alimentar el frenesí consumista al que se nos ha acostumbrado. No me malinterpreten, no soy el Grinch ni mucho menos, pero siento que el verdadero sentido de lo que era la Navidad se ha perdido a través de los años -aclaro que tampoco he pasado por una de esas experiencias al estilo Ebenezer Scrooge y sus tres espíritus de las navidades pasadas, presentes y futuras-, y aunque a mi me gusta recibir y dar regalos, creo que el hecho de esperar un regalo por costumbre durante el día de Navidad es una tradición un poco alejada de lo que realmente se creía antes.
Tal vez se haya convertido en tradición ir a centro comercial y comprar los regalos para los familiares más cercanos, pero como ya le mencioné antes, ésto tal vez se debe a una tradición más del tipo socio-comercial (como el Black Friday en USA) impulsado por las mismas campañas comerciales de grandes compañías, ¿o acaso me dirán que conocen la verdadera historia tras las campañas de la Coca Cola Company sobre Santa Klaus y los Osos Coca-Cola?
Bueno, para aquellos que no conocen la verdadera historia detrás de esas campañas comerciales, los invito a que investiguen e indaguen un poco más a fondo a cerca de ellas...
Pero regresando a lo que realmente quería mencionar, desde que era muy pequeña recuerdo los comerciales promocionales que transmitían en la época navideña, y que eran producidos por la Coca-Cola Company: recuerdo varios como por ejemplo el viejito bonachón con un enorme y hermoso árbol navideño a sus espaldas (alias Papá Noel, o San Nicolás, como lo quieran llamar o como lo conozcan) sonriendo mientras deseaba una Feliz Navidad y cargaba una botella de Coca-Cola en la mano (desafortunadamente, no pude encontrar el video con el comercial, pero si esta imagen que pondré a continuación, y debo decir que buscando esta imagen encontré una de Santa Klaus y Jack Frost que supo darme un buen escalofrío gracias al arte con el que está diseñado).
O los comerciales donde los Osos Coca-Cola bailaban, cantaban y bebían Coca-Cola (debo confesar que tengo varios de estos ositos Coca-Cola guardados en mi baúl de los mejores recuerdos, pero en mi defensa debo decir, '¿Acaso no son lindos? Awww'):
O la inolvidable canción que tenía este verso, 'Quisiera al mundo darle hogar, llenarlo de amor...'
O el comercial donde los camiones que repartían Coca-Cola, enfundados en varias mangueras de luces llegan a pequeño pueblo típicamente americano y, literalmente, encendían la Navidad:
Como ya lo mencioné anteriormente, no me malinterpreten, no soy el Grinch ni Ebenezer Scrooge (en su versión Mattel, Eden de 'Barbie en un Cuento de Navidad') ni mucho menos, la verdad en mis días de pre-adolescencia era una chiquilla resentida con el mundo y con todos los habitantes de éste, pero desde que cumplí 17 años entendí algo acerca de la Navidad: puede que la época de Navidad en estos momentos se trate de comprar, dar y recibir regalos -no les mentiré, me encantan los regalos, sobretodo ver a mi pequeño casi sobrino de dos años y medio desenvolver los regalos que le han dado-, pero la verdad me gusta más disfrutar del alumbrado navideño junto con mi familia, caminando durante horas por el centro de la ciudad viendo el brillo en los ojos de los niños que corretean por allí y, ¿por qué no?, de algunos de los adultos que aún saben cómo conservar el verdadero espíritu Navideño dentro de su corazón.
Sin más qué decir, y con mis más profundos deseos de felicidad para ustedes, deseándoles a todos un Feliz Año Nuevo, agradeciéndoles por haberse tomado el tiempo para leer esto, me despido con la siguiente frase:
"¿Qué es la Navidad? Es la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza del futuro. Es el deseo más sincero de que cada taza se rebose con bendiciones ricas y eternas, y de que cada camino nos lleve a la paz"
Agnes M. Pharo
Desde Noxland, Nox les dice: cambio y fuera, fellas :D
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